PSU Lenguaje: Estudiantes llegaron relajados a rendirla y la encontraron “fácil”
Relajados y sin prepararse demasiado, según confesaron algunos, llegaron muchos estudiantes este lunes a rendir la PSU de Lenguaje y Comunicación, que se aplicó en todo el país a partir de las 9 horas. Con este test debutó la Prueba de Selección Universitaria que será dada por un total de 289.444 personas, la cifra de inscritos más alta en la historia de la medición.
En un recorrido por algunos locales de rendición, La Nación comprobó que los jóvenes se tomaron con bastante calma esta prueba de 80 preguntas –tuvo una duración de dos horas y 30 minutos- la que además encontraron “fácil”.
A las 11 horas, media hora antes del plazo fatal, comenzaron a salir los jóvenes que la rindieron en el Instituto Superior de Comercio (Insuco), en Amunátegui.
Andrés Martínez (18) egresó del Liceo de Aplicación con un 5,8, se preparó en el preuniversitario Pedro de Valdivia y no la encontró complicada, a excepción de la parte de comprensión. “Eran muchas lecturas, así que había que leerlas bien para poder entenderlas”, dice.
El menor de cinco hermanos, es hijo de un abogado y una funcionaria pública; quiere estudiar fotografía profesional o bien ingresar a la Escuela Militar.
SÓLO CONCENTRACIÓN
Jean Pierre Castro (19) añade que la prueba contiene “fundamentalmente comprensión de lectura. Se necesita estar concentrado para entender, nada más. No mide mucha materia”.
Egresó del colegio Benjamín Franklin, de Quinta Normal, y su promedio de notas es un 5,8. Se preparó sólo las dos últimas semanas y no hizo preuniversitario.
En los ensayos –agrega- generalmente sacaba 580 puntos. Tiene expectativas de que le irá bien para poder matricularse en ingeniería civil en informática.
“MUY FÁCIL”
Camila Nahuelcura (18) encontró “muy fácil” el test. “Lo más complejo quizás fueron las lecturas que siempre son súper largas. Afortunadamente en el colegio nos prepararon harto y en los ensayos generalmente sacaba más de 600 puntos”.
Egresó con un 5,7 del establecimiento Filipense, de calle Vergara, y quiere estudiar diseño industrial o gráfico.
Tiene expectativas de que le irá bien en la PSU. “Me siento preparada, aunque igual en matemática no estoy tan bien”, comenta.
Junto con preparar el test se ha preocupado de seguir la contingencia y tiene opinión respecto a la gratuidad en la educación superior. “Los estudiantes igual se está preparando para hacer algo más duro el próximo año”, apunta, con el objetivo de presionar. Camila es hija única de una funcionaria de comercio exterior y un guardia.
Camilo Sepúlveda (18) salió sonriente del Insuco. Al ser abordado por La Nación admitió que “no estaba preparado. No estudié en preuniversitario y no hice ningún ensayo. Diría que el plan de redacción fue lo que más me costó”.
Vive con su familia en Lo Espejo, egresó con un 5,8 del Instituto San Luis y su plan es estudiar nutrición.
Antes de despedirnos confiesa que le gustaría que se aprobara la gratuidad universal, “porque todos los estudiantes deben tener este derecho”.
CONECTORES, LO MÁS COMPLICADO
A Úrsula Silva (19), egresada del liceo Obispo Salinas, de Ñuñoa, le gustó rendir la prueba en el Insuco, porque le pareció “que todo estaba muy bien organizado”.
La PSU de Lenguaje le pareció fácil, pero a ella le resultaron complicados “los conectores. Yo me preparé en el colegio y estudié también en un preuniversitario; en los ensayos sacaba alrededor de 650 puntos”.
Le gustaría estudiar gastronomía, confiesa. Ha seguido el debate por la gratuidad y considera que la educación superior “no debería ser gratuita. Lo que sí deberían aumentar las becas”.
NO SE PREPARÓ
“Me fue bien”, contestó muy seguro Jorge Suárez (18). El joven salió este año de cuarto medio, en el Liceo Manuel Barros Borgoño, y la enseñanza media la terminó con un 6.
No se preparó nada –admite- “pero no la encontré complicada”.
Tampoco tiene claridad acerca de lo que estudiará el próximo año.
confiada
Valentina Mella (19) salió tranquila del colegio San Ignacio, de Alonso Ovalle.
La prueba la dio confiando sólo en sus conocimientos, remarca, porque no se preparó demasiado. No obstante, la encontró “bastante fácil”.
Egresó con un 5,8 del colegio Trigal, de Ñuñoa, y quiere estudiar terapia ocupacional.
Ha pensado matricularse en la Universidad Mayor, porque le piden 540 puntos para ingresar a la carrera.
OBSTETRICIA EN LA USACH
María Valentina Torres (19) también rindió el test en el colegio San Ignacio y cuenta que estuvo fácil.
“La parte de comprensión de lectura quizás fue lo más difícil. Había un texto que me costó bastante entenderlo, porque no era muy coherente. Me preparé a comienzos de año en un preuniversitario, pero después congelé. En el primer ensayo saqué como 450 puntos”,señala.
Le gustaría estudiar obstetricia en la Universidad de Santiago de Chile y para ello requiere más de 500 puntos. Le gusta esta universidad, porque podría ponderar más por sus Notas de Enseñanza Media (NEM) que ascienden a un 6. Egresó de cuarto medio de un colegio dos por uno.
http://www.lanacion.cl/noticias/pais/educacion/psu-lenguaje-estudiantes-llegaron-relajados-a-rendirla-y-la-encontraron/2015-11-30/133538.html
FUENTE. LA NACION.CL
